Traigo rosas para ti,
las más bellas escogí,
qué de colores.
Una canción que aprendí
para cantarla al amor
de mis amores.
Con la luna tras de sí,
si llegase a sonreír
me mataría.
Su boca la tentación,
su beso la redención.
Quién lo diría.
Quién la pudiera besar
para romper la oscuridad
y los dolores
y en su boquita mortal
esconder mi soledad
entre sus flores.