Los campesinos veíamos a Bolívar
entre árboles de ornamento puro
que brillan en el sudor del trópico,
o pasar a caballo bajo arcoiris de los llanos.
Venezuela iba por sus lentos ríos
de playas soñolientas de tortugas,
asomaba pumas entre grandes hojas de alucinación
levantaba llamaradas de pájaros.
Bolívar vio nuestros sembrados
en un deslumbramiento de palmeras.
Con él, todos los campesinos
comenzamos a ver a Venezuela.
Con él vimos la Libertad,
con él vimos nuestra Democracia,
con él vimos nuestras futuras ciudades
y sus chimeneas a orillas de esos lentos ríos.
Él con nosotros sigue sembrando el campo,
va con nuestros hijos a la escuela,
reúne a los pescadores y a sus mujeres
que tienden redes plateadas de sardinas
(1ra Estrofa y coro)
Sí, Bolívar era el que llevaba un morral
y una carabina al hombro.
Sí, Bolívar era el que estaba derrotado
bajo un aguacero,
cuando canta el paují de copete azul.
Sí, Bolívar se tomaba un café al amanecer
en alguna cocina donde las arañas tejen astros
en rincones negros de hollín .
Sí, Bolívar llamaba a otros campesinos al amanecer.
(2da estrofa y coro. Dos veces último coro y …)
Sí, Bolívar seguía durante el día
y durante años por los campos,
buscando más campesinos.
Sí, Bolívar nos reunió a todos los venezolanos
y con él fuimos al combate.