Prosigue el pescador con su porfía
de hacer un bote que aguate la fiereza
de aquellos mares en los que nunca había
un pescador mojado su cabeza
Sublime es el amor de quien le espera
volver a casa con las manos vacías,
la barca vuelta añicos de madera
y con las ganas más fuertes cada día
Supremo es el amor de quien comprende
El sueño que le nubla el pensamiento,
Llegar al puerto que su pasión enciende
Aunque en la búsqueda quede sin aliento
Cuando se adentra el bote al mar bravío
lleva un cordel de luz el cual no suelta,
si la tormenta lo arrastrase al vacío
lo salva aquel amor que lo sujeta
viene la barca burlando la tormenta
halló la ruta entre los acantilados
y la mujer con la ilusión en puerta
ve al pescador con sus ojos sagrados