El rey, tiene miedo de su sombra,
del espejo y del candil,
de la lealtad jurada a gritos,
de su reina y de su alfil.
El rey, el rey sabe que su muerte
se le esconde en el palacio,
a la vera de su mano,
en el banquete, el abrazo.
El rey, despierta en la madrugada
y al escuchar la pisada,
hacia el bosque echa a correr,
sin abrigo y sin espada.
El Rey, el rey sabe de las guerras,
de la historia y de mandar,
pero no sabe de perderse
caminando en la ciudad.
El Rey, quiere ser cualquier persona
pero nació en dinastía
y la pomposa corona,
amor y odio, le valía.
El rey, siente su pecho vacío
porque la luna en el río,
siniestra, viene anunciando
el fin de su poderío.
El rey, hunde la cara un segundo
para mirar el submundo
Y suelta una carcajada,
Y luego un llanto profundo.